jueves, 16 de diciembre de 2010

c) Las excavaciones. Inicio y desarrollo de las mismas.

Las excavaciones en el período de los Borbón (1748-1815)
Un manido lugar común revela que las primeras excavaciones en el área del Vesubio, por voluntad de los Borbón, representan la antitesis del modelo de conducción de la búsqueda arqueológica.
Enteros edificios tanteados con la única finalidad de saquear los tesoros, luego cubiertos o incluso destruidos para evitar que otros pudieran adueñarse de pinturas que no se creía mereciera la pena llevar.

En efecto, en la primera mitad del siglo XVIII, la arqueología, lejos de ser considerada como una ciencia, se consideraba como un simple instrumento operativo del coleccionismo, por lo tanto un pasatiempo de ricos nobles que podían permitirse gastos semejantes para alimentar el debate en las tertulias.
En las técnicas de excavación, la necesidad de hacer frente a problemas de preservación y fruición ha obligado a la afirmación progresiva de la arqueología como disciplina y a la asignación a los bienes arqueológicos de un valor para la sociedad.
El mismo Carlos de Borbón, rey ilustrado, comprendió que tenía que dar una trayectoria totalmente diferente a una obra que había sido empezada sólo por motivos de gloria de una dinastía.
La búsqueda no interesaba solo a nobles refinados, sino que todo el Estado utilizaba el aparato público, el cuerpo militar de ingenieros. En 1759 el rey creó la Accademia Ercolanese para que describiera de manera científica los monumentos revelados.
En la etapa inicial, las exploraciones tuvieron lugar de manera no orgánica en los varios puntos del área donde se tenía noticias de la emersión de hallazgos, en particular en el complejo de Julia Félix, en la Villa de Cicerón, y en edificios de la región VIII, que fueron sucesivamente enterrados de nuevo.
Entre los años 60 y 70 la búsqueda se concentró en núcleos compactos de edificios que fueron dejados a la vista. La exploración del sitio siguió en la Puerta de Herculano, con el desentierro al externo, en la Calle de los Sepulcros, de varios monumentos funerarios y de la Villa de Diomedes, y al interior de la Casa del Cirujano y de parte de la insula occidentalis. Se puso también mano a la excavación de edificios públicos en el área de los teatros, del Foro Triangular y del Templo de Isis.
En enero de 1799, los franceses del general Championnet conquistaron Nápoles y proclamaron la Primera República Partenopea. Fernando I fue destituido pocos años después, en 1806, por José Bonaparte, que dio nuevo estímulo a las excavaciones, incrementando el número de los trabajadores, utilizando también
soldados.
El número máximo de la fuerza de trabajo se alcanzó durante el reino de Joaquín Murat, con 688 civiles y 1.500 zapadores del cuerpo militar de ingenieros civiles. Joaquín sucedió a José Bonaparte, que en 1808 pasó a reinar sobre España, y su mujer Carolina, hermana de Napoleón, fue la más animada defensora de las excavaciones de Pompeya.
En efecto, ella financió las excavaciones con ingentes fondos personales, apoyando además la idea de restituir una completa visión urbana, con la identificación precisa de la extensión del poblado, que entonces era desconocida, a través del seguimiento del recorrido de las murallas y de la expropiación de los terrenos en el perímetro. Carolina dio también un gran estímulo a la divulgación de los resultados de las exploraciones, a través de un intenso carteo con personalidades de toda Europa y de la promoción de la estampa de guías con planimetrías. En particular, entre 1809 y 1813, gracias a la munificencia de la reina, Charles François Mazois pudo trabajar en Pompeya a la redacción de una obra que es la recopilación de las excavaciones en el primer período borbónico, "Les ruines de Pompéi".
1748-1798
El 23 de marzo de 1748 el abad napolitano Martorelli, apoyado por el ingeniero militar Roque de Alcubierre, que creía haber encontrado hallazgos de la antigua ciudad de Stabia, abrió la primera obra de excavación en Civita, cerca del cuadrivio de las calles de Stabia y de Nola. Se encontraron monedas, objetos, estatuas, frescos y sobre todo la primera víctima de la erupción: un esqueleto. En esta etapa se realizaron exploraciones esporádicas y no orgánicas en varios puntos del área, que permitieron la individuación del embalse del Anfiteatro y de la necrópolis de la Puerta de Herculano, con los edificios adyacentes.
El escaso interés de estas excavaciones empujo Roque de Alcubierre a mover el área de acción de nuevo a Herculano. En 1750 hubo el feliz descubrimiento de la Villa de los Papiros con su inmensa biblioteca de 1800 papiros y la colección de estatuas de bronce. En 1754 las excavaciones en Pompeya con la exploración y el nuevo entierro de la Villa de Cicerón en la Puerta de Herculano, ya individuada en 1749, y de los Praedia de Julia Félix a norte del Anfiteatro.
Sólo en 1763, durante la excavación de la necrópolis de la Puerta de Herculano, se pudo acceder al cerro de Civita con la antigua ciudad de Pompeya gracias al descubrimiento de la inscripción de Titus Suedius Clemens, en que se mencionaba de manera explícita la Res Publica Pompeianorum.
De 1759 a 1799, con el reino de Fernando I y sobre todo gracias al estímulo de la reina María Carolina, las excavaciones siguieron de manera más rápida también por una planificación más cuidada, debida al nuevo director de las excavaciones, Francesco La Vega.
Entre
1764 y 1766 comenzó la excavación del área de los Teatros, del Foro Triangular y del Templo de Isis, que serán llevado completamente a luz a principios del siglo siguiente. Las obras se implantaron también en la zona noroeste de la ciudad donde, entre 1760 y 1772, ser exploraron parcialmente la insula occidentalis, la Casa del Cirujano y la Villa de Diomedes, a lo largo de la Calle de los Sepulcros, en cuyos subterráneos se encontraron dieciocho víctimas de la erupción y un tesoro de monedas de oro y plata.
1798-1815
 En 1798, después de la derrota de Fernando I, que quería marchar sobre Roma para expulsar los Franceses, el ejército del general Championnet se dirigió rumbo a Nápoles: el rey huyó, los Franceses conquistaron la ciudad y proclamaron la República Partenopea. Championnet, un hombre muy culto y al día de los descubrimientos pompeyanos, dio enseguida la orden de reanudar las excavaciones en el barrio meridional, donde se descubrió una casa que fue dedicada a él (Reg. VIII, Ins. 2, civ. 3).
La República Partenopea duró muy poco y ya en junio de 1799 los Franceses abandonaron Nápoles, pero Fernando I regresó solamente en 1802. Durante este tiempo los problemas políticos y la escasa contribución financiera causaron la suspensión de los trabajos de excavación. Sólo con la llegada de José Bonaparte, en 1806, el interés para Pompeya se renovó. El rey aumentó el grupo de trabajadores (alrededor de quinientos obreros) bajo la dirección del ministro Cristoforo Saliceti. En esta primera fase, todavía las búsquedas eran casuales hasta que el director del Museo de Portici, Michele Arditi, tuvo el encargo de elaborar un plano orgánico de las excavaciones y empezó a considerar un programa de expropiación de los terrenos privados en la zona arqueológica de Pompeya. Además, Arditi evitó las excavaciones aisladas, concentrándose en la zona de la Puerta de Herculano, donde se descubrió la Casa de Salustio. En 1808, José Bonaparte heredó el trono de España y dejó la corona de Nápoles a Joaquín Murat. Este y sobre todo su mujer Carolina demostraron inmediatamente mucho entusiasmo para la arqueología. La reina se mudó a Portici, donde podía controlar personalmente las excavaciones, animando y concediendo subsidios a los obreros, cuyo número en esta fase subió hasta 624. Exactamente bajo las ilustradas previsiones de la reina Carolina se concretizó el proyecto, ya pensado por La Vega y Arditi, de individuar e desenterrar la muralla para conocer la extensión de la ciudad. En esta década se intentará excavar por áreas topográficas, con la finalidad de juntar las obras de la zona sur (zona de los Teatros) con la zona de la Puerta de Herculano al norte y de las ínsulas adyacentes, explorando también el área central del Foro. Entre los descubrimientos más importantes hay que señalar la Basílica y la Casa de Pansa (Ínsula Arriana).
1815-1860
Con el regreso de Fernando de Borbón como rey de Nápoles, como consecuencia del Congreso de Viena, se creó de nuevo una situación de estancamiento en las excavaciones. Su escaso interés en la arqueología determinó una clara regresión con respecto al período de Murat, que llegó incluso a la venta de los terrenos expropiados y a la reducción del personal, hasta un número de solo 13 hombres en 1818.
Sin embargo, el mayor impulso se dio a la recuperación de los edificios del Foro, al barrio de los Teatros y a la zona de la Puerta de Herculano. Los años sucesivos, entre 1820 y 1830, vieron un fomento especial a las excavaciones en Pompeya no sólo gracias al mayor interés de Francisco I (que había sucedido a su padre), sino sobre todo porque la exploración sistemática de la Calle de Mercurio y luego de las ínsulas de la regio VI permitió el descubrimiento de casas interesantes desde el punto de vista arquitectónico y con ricas decoraciones de pinturas. Esta década terminó con el sensacional hallazgo del mosaico de Alejandro Magno y de los ricos mosaicos de la Casa del Fauno (1830-32). Francisco I tiene también el mérito de haber reanudado, después de medio siglo de interrupción, los trabajos de excavación de la ciudad de Herculano. Sus sucesores, Fernando II y Francisco II (que gobernó sólo por un año) no tuvieron el mismo interés para Pompeya y se limitaron en transformarla en un lugar de curiosidad y entretenimiento, una especie de museo al abierto para los invitados importantes, como aconteció con Alexandre Dumas en 1835, Pío IX en 1849, el príncipe Maximiliano en 1851. También en este período hubo importantes descubrimientos: en 1845, gran parte de las regiones VI y VII a los lados de la Calle de la Abundancia se llevaron a luz hasta el límite oriental de la Calle Stabiana, y se inició el desentierro de la Calle de la Fortuna y de la Calle de Nola y de las ínsulas que se asoman. Además, no se puede olvidar la importancia que tuvo para Pompeya la realización de la nueva línea de ferrocarriles, alrededor de 1840, que permitía
alcanzar con el tren desde Nápoles las excavaciones, accediendo desde la Puerta Marina.
Los edificios desenterrados entre 1815 y 1860
- Basílica (1813-19)
- Templo de Apolo (1816-20)
- Foro (1820)
- Edificio de Eumaquía (1820)
- Macellum y lado norte y este del Foro (1821-22)
- Templo de la Fortuna Augusta (1824)
- Termas del Foro (1824)
- Casa del Poeta Trágico (1824)
- Calle de Mercurio (1825)
- Casa de la Fuente Grande (1826)
- Casa de la Fuente Pequeña (1827)
- Cumplimento de la excavación de la Ínsula Arriana (Casa de Pansa)(1827)
- Cumplimiento de la excavación del Anfiteatro (1827)
- Casa de los Dioscuros (1828-29)
- Casa de Meleagro (1829-30)
- Casa del Centauro (1829-30)
- Casa del Fauno (1830-32)
- Casa de los Capiteles Figurados (1832)
- Casa de los Capiteles Pintados (1832-33)
- Casa del Labirinto (1834)
- Casa de Apolo (1835)
- Casa de Orfeo (1843-49)
- Muralla cerca de la Puerta Marina (1850)
- Termas estabianas (1854-59)
- Casa del Citarista (1858)
1860-1910
Después de la unificación de Italia, se reanudaron las actividades con nuevas orientaciones en los métodos de excavación y restauración y en la gestión de los aumentados recursos financieros y humanos. El cambio radical se debió también a la elección de confiar en Giuseppe Fiorelli para la dirección de las excavaciones y del Museo, que se ocupó del encargo con precisión sistemática y claridad de intención totalmente nuevas. Fiorelli procedió a la excavación integral de las ínsulas, completando las antiguas zonas de intervención en la regio VII, de todas las ínsulas a lo largo de la calle de Stabia y de los edificios adyacentes a la Puerta de Stabia y a la Puerta Marina.
Cuando Fiorelli pasó en 1875 a la dirección general de las antigüedades y de las bellas artes del Reino de Italia, la conducción de las excavaciones pasó al arquitecto Michele Ruggero, ya colaborador de Fiorelli a partir de 1864. Sin duda, éste fue uno de los períodos más activos para Pompeya, gracias a los nuevos métodos de excavación y a los descubrimientos que permitieron. Después del enfoque de Fiorelli de las grandes articulaciones urbanísticas de Pompeya, la excavación continuó hacia los barrios norte orientales, a lo largo de la calle de Nola. Entre las empresas más complejas y meritorias hay que mencionar la excavación de la Casa de las Bodas de Plata, con la reconstrucción del atrio y de la así llamada "sala corintia", y de las casas de terrazas en la parte meridional de la ciudad. Entre los descubrimientos más importantes encontramos: las famosas tablillas de cera (documentos de contabilidad) en la casa del banquero L. Cecilio Giocondo; la estatua del Sátiro con odre, la pintura con Baco y el Vesubio en la Casa del Centenario. Ruggero tiene además el mérito de haber promovido las primeras muestras en profundidad (en 1884, 1888, 1889) en el área del Templo Dórico y en el Foro, por los alemanes Duhn y Jacobi, y de las primeras búsquedas para identificar la antigua línea de la costa(en 1878). En el período que siguió, la dirección pasó a Giulio de Petra, famoso sobre todo por haber descifrado las tablillas de cera. Durante la primera fase de su encargo hasta finales del siglo, se continuó el desescombro de los barrio del norte de la ciudad (regiones V y VI), que permitió descubrir la Casa de los Vetti. Entre 1897 y 1898 se liberó la parte interna de las murallas entre las torres X y IX. Se dedicó atención especial al área del suburbio de Pompeya norte de la Puerta del Vesubio, con el intento de identificar el Pagus Augustus Felix suburbanus (asentamiento suburbano de época imperial). A esta época remontan las primeras excavaciones efectuadas por concesión a particulares, por ejemplo la excavación entregada a Gennaro Matrone a lo largo del canal del río Sarno para individuar el puerto de Pompeya (en 1899-1901). El nuevo siglo se abre con serias polémicas sobre la concesión de las excavaciones a particulares y la consecuente dispersión de hallazgos y pinturas: por ejemplo, la venta del tesoro de plata de la villa de Publio Fannio Sinistore en Boscoreale (excavada entre 1894 y 1900) a los banqueros Rothschild. De Petra fue injustamente implicado en los escándalos y sustituido brevemente por Ettore Pais. En 1905, Antonio Sogliano fue encargado de la dirección de las excavaciones y promovió un plano de intervención complejo y ambicioso que no logró terminar. Este plano contemplaba la exploración del subsuelo de Pompeya para individuar las fases de la época pre-romana (muestras Mau-Dorpfeld 1902-6) y la excavación de las necrópolis fuera de la Puerta de Nola y de la Puerta del Vesubio y de las tumbas samnitas en la Villa de las Columnas de Mosaico fuera de la Puerta de Herculano.
Los edificios excavados entre 1860 y 1910.
Los descubrimientos de Fiorelli
- Casa de Sirico (1862)
- Casa del balcón colgante (1862)
- Puerta Marina (1863)
- Callejón del Lupanar (1863)
- Casa de M. Lucrecio Stabia (1871)
- Templo de Venus
- Casa de Epidio Sabino
- Casa del Citarista
- Casa de Epidio Rufo

Los descubrimientos de Ruggero
- Casa de L. Cecilio Giocondo (1875-76)
- Termas Centrales (1877-78)
- Casa del Centenario (1879-80)
- Casa de las Bodas de Plata (1891-93)
- Sepulcros a lo largo de la calle de Nola (1886-87)
- Sepulcros a lo largo de la calle de Stabia (1889)

Los descubrimientos entre 1893 y 1910
- Casa de los Vetti (1894-95)
- Casa de M. Lucrecio Frontón (1895)
- Casa de los Amorcitos Dorados (1895; 1903-5)
- Tramo de muralla entre la torre X y XI (1897-99)
- Templo de la Venus pompeyana (1897-98)
- Muestras en el Templo de Júpiter (1897-98)
- Muestras en el Templo de Apolo (1897-98)
- Muestras fuera de la Puerta del Vesubio (1897)
- Castellum aquae cerca de la Puerta del Vesubio (1901-2)
- Casa del Ara Máxima (1903)
- Casa de los Gladiadores (1899; 1905-6)
1910-1961
Después de algunos años de luchas internas en la dirección de las excavaciones y un atormentado período de intervención administrativa en la Superintendencia de Nápoles, para dirigir las excavaciones se llamó a Vittorio Spinazzola, que logró dejar una huella nueva y personal en la conducción de los trabajos. Decidió de abandonar la excavación en el área norte para focalizarse en los barrios meridionales de la ciudad, zonas muy poco exploradas hasta entonces. El plano de Spinazzola consistía en reunir el Anfiteatro al centro de la ciudad y proceder con la excavación según las direcciones de las calles. Estaba convencido de que sistemas de excavación inadecuados habían provocado la destrucción de las plantas superiores de los edificios, cuya presencia era ampliamente comprobada por las pinturas halladas en Pompeya hasta entonces. En efecto, la excavación en la Calle de la Abundancia, la principal de la ciudad, confirmó su hipótesis, subrayando las fachadas de los edificios de varias plantas y revelando el aspecto productivo y comercial de la ciudad, que hasta entonces había sido considerada solo por sus ricas construcciones residenciales.
Entre los descubrimientos más interesantes recordamos la Lavandería Stephani y el Thermopolio de Asellina. En septiembre de 1924 Amedeo Maiuri fue llamado a la dirección de las excavaciones, y ahí permaneció por 37 años, hasta 1961. Por su actividad poliédrica y por la duración de su encargo, este período se considera como uno de los más activos e innovadores en la historia de las excavaciones de Pompeya. Continuando la obra de Spinazzola, Maiuri empezó la excavación en la Calle de la Abundancia, liberando las insulae de las regiones I y II, integralmente y sistemáticamente, de oeste a este. La finalidad era la unión con el área del Anfiteatro y de la Palestra Grande, que fueron definitivamente llevados a la luz. En el inmediato suburbio de la ciudad se completó la excavación de la Villa de los Misterios (1929-30), ya empezado entre 1909 y 1910 por el propietario del terreno, Item. Además, Maiuri, continuando una de las obras más meritorias de Murat, completó el aislamiento de todo el recorrido de las murallas de Pompeya (1933-34). En particular, resolvió el problema del retiro de los cúmulos de tierra de las excavaciones precedentes con la finalidad de la fruición total del área arqueológica. Llevó a la luz todo el frente meridional con las fachadas de las villas urbanas de la regio VIII (1954) y, siguiendo hacia el este, la necrópolis de la Puerta de Nocera (1936). Hay que subrayar otra vez uno de los aspectos más relevantes de su actividad de arqueólogo: la análisis sistemática del suelo de Pompeya a través de muestras estratigráficas, cuyos resultados fueron periódicamente publicados por Maiuri en la revista “Notizie degli Scavi di Antichità”. De esta manera, logró comunicar la sucesión cronológica de las etapas históricas de Pompeya, además de la imagen de ciudad-museo.
Edificios excavados entre 1910 y 1961
Los descubrimientos de Spinazzola
- Casa de Obelio Firmo (1911)
- Casa de Aulo Trebio Valente (1915)
- Casa del Criptopórtico (1916)
- Lavandería de Stephanus (1916)
- Thermopolio de Asellina
- Casa de Paquio Proculo
- Casa de los Ceii
- Casa de Pinario Cerial
- Casa del Moralista
- Casa de Octavio Cuartón

Los descubrimientos de Maiuri
- Casa de Fabius Amandio (1924-26)
- Casa del Cura Amandio (1924-26)
- Casa del Efebo (1924-26)
- Casa de los Cuadros Teatrales (1927)
- Casa del Menandro (1928-34)
- Casa de los Amantes (1928-34)
- Casa de los Cuatro Estilos (1937-41)
- Palestra Grande (1933-35)
- Villa de los Misterios (1929-30)
- Villa Imperial (1943)
- Necrópolis de la Puerta de Nocera (1954)
1961-1997
Los graves y crecientes problemas del mantenimiento ordinario y de la restauración de conservación de los edificios y de las decoraciones impusieron una reducción de la actividad de excavación después de la intensa actividad de Maiuri. A partir de de Franciscis, que le sucedió en la dirección de las excavaciones (1961), se intentó planificar intervenciones miradas a una recuperación global y al conocimiento del edificio. La excavación ya no procede en grandes áreas, sino se limita a núcleos individuales de edificios, con una atención particular a la conservación de los contextos.
Entre los descubrimientos más significativos de estos últimos años hay que mencionar: la casa de C. Julio Polibio, entre 1964 y 1977; la villa urbana de M. Fabio Rufo (VII, 16, 22), ya explorada por Maiuri en 1958 y definitivamente llevada a la luz en los años Setenta, la Villa de Popea en Oplontis a partir de 1964.
El terremoto de 1980 llevó una vez más a la luz el problema de la tutela y de la restauración de los centro arqueológicos involucrados en el área vesubiana. Como respuesta a esta catástrofe se realizó una campaña de levantamientos de daños por parte de los ingenieros militares y de sensibilización a nivel nacional e internacional.
Esto dio la posibilidad a Pompeya de disfrutar de fundos especiales de financiación (FIO-BEI), que permitieron intervenciones planificadas de la excavación a la restauración y a la fruición a nivel turístico en las siguientes áreas: regio II, insulae 1, 8, 9, y regio I, insula 20 a lo largo de la Calle de Nocera; la excavación en las Termas Suburbanas. A partir de 1987 se empezó a excavar en la regio IX de Pompeya, en particular en la Casa de los Castos Amantes que se asoma en la Calle de la Abundancia. A partir de 1989 se reanudaron los trabajos financiados por fundos especiales (FIO- BEI) para el cumplimiento de las excavaciones y la restauración de varias insulae de las regiones I y II.

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