miércoles, 15 de diciembre de 2010

f) Las casas de Pompeya. Distribución de los principales elementos. Las pinturas. Los cuatro estilos. La Villa de los Misterios.

Pompeya fue una ciudad rica y con mucha influencia griega, esto se nota en las villas, grandes casas situadas en la ciudad en las que se mezclan los estilos y espacios de la casa romana y la griega. Y que presentan las siguientes características:

1. Están orientadas hacia el interior y no hacia el exterior, carecen de ventanas y la luz y el aire entran por dos áreas centrales entorno a las que se articulan las demás estancias, estas áreas son: el atrio, que tiene abierta la parte central del techo, y el peristilo, parecido a un gran patio columnado.
2. Son normalmente de un solo piso.
3. Cada espacio está dedicado a un solo uso, ya sea comer (triclinium), dormir (cubiculum), reunirse (tablinum), etc...

- Plano de una de estas villas:


-Dentro:

Primero encontramos un zaguán o vestíbulo, del que pasamos a la puerta , subimos el umbral (limen), generalmente de mármol y elevado sobre el plano del vestíbulo y de la calle. A ambos lados los postes que sujetaban la puerta en sí. Tras pasar la puerta hay una habitación, en algunas casas un simple corredor, las fauces.

De allí se pasa al atrio:
El atrio es un gran espacio vacío con una abertura en el techo, el impluvium, por donde entra la luz y el agua de lluvia, que se recoge en una pila o compluvium. Los primeros romanos hacían la vida en el atrio , pero en la época de la destrucción de Pompeya frecuentaban más las habitaciones interiores y sólo queda como recuerdo el altar de los lares, los dioses protectores de la casa y la familia.
A continuación del atrio está el tablinum (despacho):
El tablinum es una gran habitación que fue la destinada al padre, y en época clásica hacía las funciones de despacho y sala de reuniones. Está también abierta hacia el peristilo, pero generalmente en invierno esta salida se cierra con grandes paneles de madera que se retiran en verano.
También a los lados del atrio está el cubiculum (dormitorios):
Donde dormían el amo y su familia. Estaban lujosamente decorados.
 El peristilium (jardin):
Era un jardín rodeado de un pórtico, generalmente de dos pisos, sostenido por columnas, a veces tiene una fuente o pilas de agua.
En torno al peristilium hay también habitaciones, usadas como comedores o despachos.
Triclinium:
Se usa para las cenas veraniegas y está en el peristilium (jardín).
Cada banco que rodea la mesa; es un triclinio, tiene este nombre por que en el se tumbaban (clino) tres personas (tri). El triclinio normal era generalmente de madera o de hierro y se cubrían con colchones, almohadones y sábanas.

Fuera de la casa, había muchas estancias adosadas, que generalmente se usaban como tabernas, eran bares, tiendas y negocios de todo tipo.
-Decoración:
Las casas pompeyanas están ricamente adornadas, y en las habitaciones principales (atrio, tablinum, exedra, oecus) abundan los murales en las paredes,

 los mosaicos en los suelos y los techos artesonados. También el peristilo se solía decorar con estatuas y frescos o mosaicos en las paredes.
Las técnicas de decoración de las casas pompeyanas fueron, fundamentalmente, dos, aunque se dieron excepciones. El mural pintado al fresco, que decora las paredes del interior y el exterior de las casas. Esta técnica, se define como el método, o arte, de pintar con pigmentos de origen mineral resistentes a la cal y empapados de agua, sobre un muro con revoque de yeso, todavía mojado, o fresco, de ahí su nombre. La técnica de pintura pompeyana consistía en obtener la pintura mezclando los colores con una fórmula a base de cal y jabón con cera, se limpiaba con una piedra de pulir y se lustraba con un paño muy limpio.

Y el mosaico, con el que se decora suelos, pero también paredes. Los mosaicos clásicos estaban formados primero por pequeños guijarros y más tarde por cubos de mármol, piedra, vidrio o terracota, que reciben el nombre de teselas.

El jardín tenía normalmente una fuente o pequeño embalse con agua. La vegetación del jardín era muy cuidada por los esclavos.
La mayoría de las casas, tenían rótulos en la fachada que se habían escrito durante época de elecciones para hacer publicidad, o bien rótulos anunciando juegos u otras actividades culturales.


- Según sus dimensiones podemos clasificar las casas pompeyanas en cuatro tipos:

Las Insulae.

Las insulae (latín: islas) eran bloques de viviendas, normalmente en régimen de alquiler, de varios pisos en el periodo imperial romano. Eran utilizadas por los ciudadanos que no podían permitirse tener viviendas particulares (domus). La mayoría de los pompeyanos habitaban este tipo de vivienda.

En la parte inferior se instalaban tiendas y talleres. Las insulae se construían de ladrillo y argamasa, similares a los edificios de apartamentos actuales. Los ejemplos mejor conservados, fechados en los siglos II y III, están en Roma cerca del Capitolio y en Ostia (el puerto de Roma), donde se han clasificado dos tipos:
Primer tipo: en el que se sitúan tiendas y talleres en la planta baja. En el entresuelo se disponían los alojamientos para los trabajadores de estos negocios y las plantas superiores se dividían en apartamentos.
Segundo tipo: en la planta baja en lugar de tiendas y talleres se disponían las viviendas en torno a un jardín o a un pasillo.

La domus. Era la casa unifamiliar romana de familias con cierto nivel económico, cuyo cabeza de familia llevaba el nombre de dominus. La erupción del Vesubio en el 79 d.C. que sepultó Pompeya ha conservado muchas de ellas en un magnifico estado y ha permitido a los arqueólogos realizar estudios sobre su arquitectura.

Tras acceder a la casa por un vestíbulo de reducidas proporciones se llegaba al atrio a través de las fauces, elemento característico de la domus, cubierto y con una abertura central llamada compluvium por la que entraba el agua de lluvia que se recogía en el impluvium. El atrio constituía el centro de la vida doméstica, en él se exhibían las estatuas de los antepasados (imagines maiorum) y se hacían ofrendas a los dioses protectores del la domus en el lararium. También tenía lugar en el atrio la salutación a los dueños de la casa. El tablinum (anexo al atrio) era una especie de archivo. Los [triclinio]s (triclinium) eran estancias donde se celebraban cenas y se dedicaban al reposo, los comensales se recostaban sobre los klynai. Los dormitorios se denominan cubiculum. Otras estancias eran la coquina (cocina) y los baños. También existían bodegas subterráneas. A partir del siglo II a. C. comienzan a construirse los peristilos, debido a influencia griega. Eran patios ajardinados rodeados de columnas, éstos iran ganado protagonismo en detrimento del atrio, que pierde su función el el siglo I d. C.

La villa suburbanae (urbanas). Era la residencia de la aristocracia romana y tiene su origen el  palacio helenístico. A partir del siglo I a. C. el peristilo es el espacio dominante, desplazando al atrio.
Se han hallado en la Campania y el Lacio. La mejor conservada es La villa de los misterios en Pompeya del siglo II a. C. Las villas suburbanae pueden ser de varias clases: con atrio; con atrio y peristilo, con peristilo, con pabellones y en forma de hemiciclo o de "U".

La villa imperiales. Son edificaciones donde residía el emperador, por ello están bien protegidas y su grandiosidad y exquisita decoración dan muestras del poder imperial. Comienzan a construirse a partir del siglo I d. C. con la llegada del nuevo régimen. La más antigua de las conocidas es la del emperador Tiberio en Capri, construida en una isla. La villa de Adriano en Tívoli es una de las más impresionantes y en ella se dan cabida los monumentos más representativos del imperio.

Las pinturas.
Las mejores pinturas se atribuyen hoy a mano griega si bien la escuela llegó por fin a romanizarse. Los romanos admiraban la pintura griega tanto como la escultura, y animaban a los artistas que trabajaban para ellos a hacer copias de obras griegas especialmente famosas o populares.
Los romanos tendían más que los griegos a decorar sus paredes con pinturas murales, y aunque siguen la tradición griega, muestran en sus pinturas un gran colorido y movimiento. Las pinturas, con figuras individuales, grupos o paneles enteros, se reproducían, se adaptaban, estropeaban o embellecían según el talento de los artistas y las exigencias del cliente. Los procedimientos usados en esta pintura debieron ser el encausto, el temple y el fresco. Aunque se sabe que los romanos desarrollaron la pintura sobre tabla, los restos pictóricos conocidos más importantes son de tipo mural, frescos protegidos con una capa de cera que avivaba los colores.
La pintura tenía una intención básicamente decorativa en vajillas y muros, e histórica y mitológica en los cuadros y murales. Y aunque los descubiertos hasta el presente ofrecen más que todo un carácter decorativo llegan a ser verdaderas composiciones pictóricas y se juzga con fundamento que hubo también otros de pintura independiente a semejanza de los actuales de tabla o de caballete. Se cultivaron con dicho carácter decorativo mural el paisaje, la caricatura, el retrato, los cuadros de costumbres, las imitaciones arquitectónicas y las combinaciones fantásticas de objetos naturales constituyendo con estas últimas el género que los artistas del Renacimiento llamaron grutesco, hallado en las antiguas Termas de Tito y que sirvió al célebre Rafael como fuente de inspiración para decorar las Logias del Vaticano. Hay que citar los retratos pintados. En el Egipto romano se descubrió una excelente colección de retratos sobre tabla, realizados para ser colocados sobre las momias. Igualmente en Pompeya, y pintados al fresco, se descubrieron magníficos retratos como los del Panadero y su esposa, o el de una muchacha, ambos en el Museo de Nápoles.
Mosaico de la batalla de Isos, Casa del Fauno, Pompeya.

Los cuatro Estilos.

Se han distinguido varios estilos pictóricos bien diferenciados, y aunque se suceden cronológicamente, a veces pueden coexistir.

- Primer estilo o de incrustaciones.

Tiene origen helenístico y corresponde al siglo II a. C., extendiéndose hasta principios del siglo I a. C. Destaca por su decoración de paredes revestidas de mármol, donde la pared se divide normalmente en tres bandas horizontales. La inferior juega el papel de zócalo, la zona media se descompone a su vez en diversas capas de mármol, y la superior consta de un friso corrido generalmente blanco que completa la representación. Los mejores ejemplos de este tipo de pintura se encuentran en la Casa del Fauno de Pompeya.
- Segundo estilo o arquitectónico.

Corresponde al siglo I a. C., perviviendo hasta los comienzos del Imperio. Muestra un deseo de abrir los muros a una cierta idea de la perspectiva con el propósito de ofrecer una sensación de profundidad. Para lograr esto incluye las denominadas arquitecturas pintadas sobre entablamentos, columnas, ventanas o nichos, que conducen a un paisaje imaginario. Los mejores ejemplos son la casa de Augusto y la de Livia.

- Tercer estilo u ornamental.

Coincide con la primera mitad del siglo I. En esta fase desaparecen los efectos espaciales arquitectónicos, y la decoración sigue enmarcando cuadros con figuras o paisajes, como los de la villa aparecida bajo la Farnesina en Roma. Hay una menor preocupación por dar profundidad a las escenas, aumentando por el contrario los elementos de carácter decorativo, como ocurre por ejemplo en la casa de Lucrecia. Por no pretender fingir el espacio tridimensional, a este estilo también se le ha llamado de la pared real"

- Cuarto estilo o del ilusionismo arquitectónico.

Corresponde a la segunda mitad del siglo I a. C., siendo una especie de síntesis de las tendencias anteriores, dominadas por una escenografía fantástica donde se combinan los motivos imaginarios y las perspectivas arquitectónicas, dentro de lo que podíamos llamar barroquismo conceptual, donde se acentúan los espacios y fingimientos ópticos. A estas pinturas se les da relieve por medio de estucos. Dentro de este período se sitúa la casa de los Vetti, donde se aprecian algunos rasgos del mundo egipcio, y en la que destacan sus pinturas por las delicadas escenas con figuras de amorcillos. Pero sin duda, el mejor ejemplo lo encontramos en los frescos de la Villa de los Misterios de Pompeya.
Fresco de la Villa de los Misterios, Pompeya.

 

La Villa de los Misterios.

La Villa de los Misterios o Villa dei Misteri es una ruina bien conservada de una villa romana que queda a unos 800 metros al noroeste de Pompeya y a unos 200 de la Puerta de Herculano. Se puede llegar a ella desde Pompeya. Queda en las afueras de la ciudad principal, separada de ella por una carretera con munumentos funerarios a ambos lados (una necrópolis) así como las murallas de la ciudad. La Villa de los Misterios está considerada una villa suburbana, con una relación cercana con la ciudad, pero en las afueras de ella. Desde el año 1997 forma parte del Lugar Patrimonio de la Humanidad llamado «Areas arqueológicas de Pompeya, Herculano y Torre Annunziata», en concreto con el Código 829-002.
Historia.
Aunque cubierta por metros de ceniza y otro material volcánico, la villa sufrió sólo daños menores en la erupción del Vesubio en el año 79, y la mayoría de sus paredes, techos, y más en particular sus frescos sobrevivieron en gran medida intactos.
Fue construida en la primera mitad del siglo II a. C. y fue muchas veces remodelada y ampliada. Se presenta como una construcción de cuatro lados circundada por una terraza panorámica. Después del terremoto del año 62 la Villa cambió de propietarios y de usos: de vivienda señorial pasó a establecimiento agrícola. La propiedad de la Villa es desconocida, como ocurre con muchas casas privadas de la ciudad de Pompeya. Sin embargo, algunos objetos proporcionan claves tentadoras. Un sello de bronce encontrado en la villa menciona a L. Istacidius Zosimus, un liberto de la poderosa familia Istacidii. Los eruditos lo han propuesto como propietario de la villa o supervisor de la reconstrucción después del terremoto del año 62. En lugar de ello, la presencia de una estatua de Livia, esposa de Augusto, ha hecho que algunos historiadores consideraran que ella era la propietaria.

Arquitectura y arte.
La Villa tenía bellas salas tanto para comer como para el ocio, y espacios más funcionales. Una prensa de vino fue descubierta cuando se excavó la Villa y ha sido restaurada a su ubicación original. No era infrecuente en las casas de los muy ricos incluir zonas para la producción de vino, aceite de oliva u otros productos agrícolas, especialmente desde que muchos romanos de la élite eran propietarios de granjas o huertos en la proximidad de sus villas. Es un ejemplo de una vivienda de gran lujo unida a una explotación agropecuaria. Se integra en el paisaje mediante grandes pórticos y galerías que dan a jardines colgantes. En este sentido, la Villa de los Misterios resulta muy distinta de las casas encontradas en la ciudad.
La Villa recibe su nombre por las pinturas en una habitación de la residencia. Este espacio pudo haber sido un triclinium, y está decorado con frescos del siglo I a. C. Aunque el tema real es objeto de controversia, la interpretación más usual de las imágenes es que se trata de la iniciación de una mujer en un culto especial a Dioniso, un culto mistérico que requería ritos específicos y rituales para convertirse en miembro. Del resto de interpretaciones, la más destacada es la de Paul Veyne, quien cree que representa a una joven pasando por los ritos del matrimonio.

Las imágenes son muy elocuentes: un niño leyendo el ritual bajo la supervisión de una matrona, una joven que lleva una bandeja con ofrendas, un grupo de señoras en una celebración sacramental, un sileno que toca una lira mientras una jovencita ofrece su seno a una cabra, otro viejo sileno ofrece bebidas a un pequeño sátiro mientras otro más joven le alcanza una máscara teatral, entre muchas otras. También se representan las bodas de Dionisio y Ariadna.
Como en otras zonas de Pompeya y Herculano, se encontraron una serie de cuerpos en la villa, de los que se hicieron modelos en yeso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario